Era 1995 y en un taller de periodismo de la Escuela Nº 69 de Lanús surge la iniciativa de escuchar a aquellos niños y niñas que piloteaban carritos y carretillas a 15 cuadras a la redonda de la estación de trenes de Lanas. Rosa Pisan coordinaba las actividades y decidió profundizar el acercamiento con los chicos y contenerlos cuanto se pudiera. El espacio elegido fue la estación Lanús. Los chicos quisieron que el lugar de encuentro y de trabajo fuera debajo del puente alto.
Es difícil ver de cerca como los chicos eran víctimas de la discriminación y violación de sus derechos humanos. Eran golpeados, reprimidos junto con sus madres, no se les permitía tomar asientos en los bancos y, si lo hacían, eran echados por la fuerza. Se recurrió a las autoridades, pero no hubo respuesta… Entonces no quedo otra alternativa más que encarar este proyecto: “Educadores de la Calle”. Su pensamiento se afirma en el de Paulo Freire: “el educador debe salir del contexto institucional y sumergirse en el del oprimido, tratando de hacerlo emerger, acompañándolo, posibilitando un crecimiento en el excluido desde el se puede y se debe”.
Más de una década después, ése sigue siendo su lugar de encuentro. Se sigue tratando, como el primer día de consolidar la tarea de alfabetización, acompañada por profesionales con vocación de ayuda solidaria.
Todavía hay mucho por hacer. Contamos con vos!
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